Otro aspecto importante es la ventilación de todas las aulas y espacios,
así como del centro en su conjunto. La ventilación natural es la opción
preferente, siendo más recomendable repartir los puntos de apertura que
concentrarlos.
Cuando las condiciones meteorológicas lo permitan, el colegio y sus
aulas mantendrán las puertas y algunas ventanas abiertas para favorecer la
circulación del aire y su renovación constante.
Cuando llegue el mal tiempo y sea difícil desarrollar esta medida, la
ventilación se hará de forma periódica: al inicio de la jornada, a su término,
durante el recreo y entre sesiones, siempre que sea posible. El tiempo de
ventilación se adaptará a las condiciones y características de cada aula.
Las puertas permanecerán abiertas en todo momento.
En los cursos con alumnos/as
más pequeños habrá que extremar la vigilancia para prevenir posibles
accidentes. Una propuesta sería abatir las ventanas, en lugar de abrirlas
completamente.